Juan Cáceres

Vender una propiedad puede parecer sencillo, pero una decisión mal tomada o un detalle pasado por alto puede hacerte perder tiempo y dinero. Uno de los errores más frecuentes es publicar la propiedad sin una tasación profesional. Un precio mal calculado puede alejar a los compradores o hacerte vender por debajo del valor real.
En esta entrada te contamos los principales errores que deberías evitar si querés lograr una venta rápida y al mejor precio.

No preparar la propiedad antes de mostrarla

La primera impresión es clave. Un ambiente desordenado, con paredes sucias o detalles sin reparar, puede hacer que un potencial comprador pierda el interés al instante.
Invertir en una limpieza profunda, pintura neutra, buena iluminación y fotografías profesionales marca una gran diferencia. Una propiedad bien presentada transmite confianza, cuidado y valor, lo que se traduce en más consultas y mejores ofertas.
Si es posible, hacé pequeñas mejoras estéticas: cambiar una grifería, reparar una puerta o decorar con plantas puede generar un efecto positivo inmediato.

Descuidar la documentación

Otro error común es no tener toda la documentación lista. Escritura, planos, impuestos y servicios deben estar al día antes de publicar.
Cuando estos papeles faltan o están desactualizados, la operación puede frenarse incluso con un comprador decidido a cerrar.
Un agente inmobiliario o martillero puede ayudarte a revisar la documentación y detectar posibles obstáculos legales antes de que sea tarde.

No tener una estrategia de difusión

Publicar solo en un portal o compartir el aviso entre conocidos ya no alcanza. Hoy, vender una propiedad requiere una estrategia integral de difusión.
Combinar portales inmobiliarios, redes sociales, campañas segmentadas y referencias personales multiplica la visibilidad y acelera el proceso.
También es importante redactar una descripción atractiva, que destaque las ventajas del inmueble, la zona y los servicios cercanos, utilizando fotos y videos de calidad.

Negociar sin asesoramiento

Las negociaciones suelen ser un punto crítico. Hay aspectos legales, técnicos y emocionales que pueden complicar la operación si no se manejan con experiencia.
Contar con un profesional matriculado garantiza que cada paso se realice de forma segura, transparente y con respaldo legal.
Además, un asesor experimentado puede ayudarte a evaluar ofertas, detectar señales de alerta y lograr un precio justo para ambas partes.